El Gobierno insiste en comprar los corredores existentes, Norte y Sur, aduciendo que las negociaciones de estas vías fueron onerosas para el país, que en el caso del Corredor Sur por lo menos, son caras las tarifas de peajes y que no resuelven los tranques vehiculares, etc.
La propuesta de compra de los mismos no implica una rebaja en el costo del peaje por el uso de los corredores, ni tampoco significa que los tranques desaparezcan. Tampoco es una inversión que genere empleos nuevos, ni demanda de materiales y servicios. Puesto en este contexto, esta operación no es una obra de infraestructura nueva, sino un negocio. Y como en todo negocio, para que sea bueno y equitativo, ambas partes deben ganar. Yo pregunto: qué gana el gobierno de Panamá comprando esos corredores? Qué ganan las empresas operadoras de los corredores? Es una negociación equitativa, mejor que la que originó ambas estructuras?.
La verdad, no he leído, escuchado, visto, ninguna explicación sensata al respecto, salvo una inexcusable exhibición de patrioterismo. De recuperación de un bien, como si fuese el Canal de Panamá que sí tenía claras trazas de neocolonialismo gracias a la juventud y pueblo panameños, superadas.
Cómo analizar estas construcciones de de infraestructura en el contexto de la desaceleración económica mundial y que nos toca de distintas maneras? (a) generar inversiones autofinanciables, o con una estructura de financiamiento sólida es lo ideal, (b) que dichas inversiones generen empleos y demanda interna de bienes y servicios conexos, (c) que resuelvan claras necesidades de la población, de transporte de bienes y servicios, con claros retornos sociales y económicos, (d) que los impactos ambientales estén claramente identificados, con medidas claras de mitigación de los mismos, y ( e) que sean auto sostenibles, en la medida de lo posible.
Lamento decirte que no veo nada de eso en la compra de los corredores. Peor, no lo veo tampoco en el famoso Metro. Mucho peor, se elimina recientemente la condicionalidad de estudios ambientales, cuando se den obras de “ interés social”, sin definirlo, limitarlo, reglamentarlo, etc. Por cierto, todas las obras que haga el gobierno se espera que sean de interés social, y no particular. Así las cosas, nos enfrentamos a un ambiente enrarecido que puede hacer no solamente social sino físicamente imposible vivir en paz, salud y confianza en este Istmo.
Ojalá que el gobierno reaccione, piense, y escuche. La compra de los corredores, a menos que nos prueben lo contrario, no resuelve ningún problema social. Salvo que resuelva problemas particulares lo que lo hace parecer más un negocio. Mejor sería ampliarlos, hacer otros paralelos, mejorar las vías de acceso y salidas, etc. Se atreverán a hacer lo correcto los Poderes responsables de la supervisión de las acciones del Ejecutivo?
La propuesta de compra de los mismos no implica una rebaja en el costo del peaje por el uso de los corredores, ni tampoco significa que los tranques desaparezcan. Tampoco es una inversión que genere empleos nuevos, ni demanda de materiales y servicios. Puesto en este contexto, esta operación no es una obra de infraestructura nueva, sino un negocio. Y como en todo negocio, para que sea bueno y equitativo, ambas partes deben ganar. Yo pregunto: qué gana el gobierno de Panamá comprando esos corredores? Qué ganan las empresas operadoras de los corredores? Es una negociación equitativa, mejor que la que originó ambas estructuras?.
La verdad, no he leído, escuchado, visto, ninguna explicación sensata al respecto, salvo una inexcusable exhibición de patrioterismo. De recuperación de un bien, como si fuese el Canal de Panamá que sí tenía claras trazas de neocolonialismo gracias a la juventud y pueblo panameños, superadas.
Cómo analizar estas construcciones de de infraestructura en el contexto de la desaceleración económica mundial y que nos toca de distintas maneras? (a) generar inversiones autofinanciables, o con una estructura de financiamiento sólida es lo ideal, (b) que dichas inversiones generen empleos y demanda interna de bienes y servicios conexos, (c) que resuelvan claras necesidades de la población, de transporte de bienes y servicios, con claros retornos sociales y económicos, (d) que los impactos ambientales estén claramente identificados, con medidas claras de mitigación de los mismos, y ( e) que sean auto sostenibles, en la medida de lo posible.
Lamento decirte que no veo nada de eso en la compra de los corredores. Peor, no lo veo tampoco en el famoso Metro. Mucho peor, se elimina recientemente la condicionalidad de estudios ambientales, cuando se den obras de “ interés social”, sin definirlo, limitarlo, reglamentarlo, etc. Por cierto, todas las obras que haga el gobierno se espera que sean de interés social, y no particular. Así las cosas, nos enfrentamos a un ambiente enrarecido que puede hacer no solamente social sino físicamente imposible vivir en paz, salud y confianza en este Istmo.
Ojalá que el gobierno reaccione, piense, y escuche. La compra de los corredores, a menos que nos prueben lo contrario, no resuelve ningún problema social. Salvo que resuelva problemas particulares lo que lo hace parecer más un negocio. Mejor sería ampliarlos, hacer otros paralelos, mejorar las vías de acceso y salidas, etc. Se atreverán a hacer lo correcto los Poderes responsables de la supervisión de las acciones del Ejecutivo?
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